El descenso a los infiernos...

Nadie en Donosti quería admitirlo, pero estaba claro que la Real iba a perder la categoría la temporada pasada. No fueron suficientes las miles de gargantas alentando al equipo, el peso de la historia, ni el espíritu de los años 80, nada detuvo al huracán que asoló al club donostiarra el pasado año. y lo peor es la certeza de que aún sigue con nosotros.
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